Terroir et savoir-faire

Un atractivo terroir

En el corazón de la cuenca de Charente, la tierra y el mar nunca dejan de encontrarse. Estos dos elementos emblemáticos de la región se casan y se separan incansablemente al ritmo de las mareas. Es aquí, en Tremblade, un pequeño puerto de ostras, donde la familia GEAY se ha establecido durante cinco generaciones.
Sin litoral entre el continente, el Seudre y la isla de Oléron, la cuenca de Charente se beneficia de un entorno ideal, favorable a la formación de corrientes ricas en sedimentos y fitoplancton, al tiempo que se protege de las poderosas olas del Atlántico.
Durante la marea baja, las camas de ostras están expuestas, se descubren grandes franjas de tierra a lo largo de la costa, lo que permite trabajar en los parques. Entonces la marea creciente sumerge los parques nuevamente. Este fenómeno se repite dos veces al día con diversos grados de amplitud.
Sin embargo, la particularidad de la cuenca es la presencia del claro: antiguas marismas convertidas en una cuenca de refinación para las ostras a mediados del siglo XIX. Ubicado entre la tierra y el mar, los claros son un reflejo de estos dos entornos. Su suelo arcilloso y su riqueza en fitoplancton le dan a las ostras de GEAY sabores únicos.

Un atractivo terroir

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